Ante el ruinoso estado que, a principios del siglo XVIII, presentaban las antiguas casas del cabildo, "en 1723 y a propuesta del cabildo riazano, el duque de Arcos aprueba la edificación de una casa de ayuntamiento capaz y con todas las habitaciones necesarias, así como una cárcel para poder tener a los presos con mayor seguridad". Se decide levantar en un "hueco y sitio que se alla libre... el que siempre a seruido y sirue de fealdad a ella estando como lo esttá desproporcionada en lo grande y que, de hazerlas en dho sitio, queda del todo perfectta, quadrada y proporcionada y con gran lucimiento a dha plaza y obra".

En febrero de 1727 figuran, por tanto, en la fachada del consistorio, dos escudos: el de la villa de Riaza, que representa una trucha sobre las ondas del cauce fluvial y arriba el cielo, y el del duque de Arcos (a la sazón, señor de la Villa), que se lo costeó de su pecunio(en la actualidad se conserva el escudo de la Villa, pero no el del Duque, sustituido por una placa pétrea en la que reza "Plaza Mayor").

En febrero de 1728 ya se nombraba alcaide de la cárcel y portero del ayuntamiento, trasladándose los archivos municipales desde la sacristía de la iglesia. La nota más destacable del edificio era la sobriedad, tanto interior como exterior, apreciable a pesar de las reformas que sufrió a lo largo de décadas. En la actualidad todo el interior del inmueble es totalmente nuevo pues sólo se respetaron los muros exteriores en la reforma de los años 90 del siglo pasado.

Destaca también la construcción de la torre campanario que corona el edificio, realizada en hierro forjado e instalada con un reloj, adquirido en Madrid, en el año 1895 (tan sólo siete años después del levantamiento, con motivo de la Exposición Universal de Paris, de la Torre Eiffel, dato que pone de relevancia el gran deseo de modernidad de la Villa).

Colaboración de:
Juan Antonio Cerezo Estremera
con textos de su libro Historia de la Villa de Riaza
(desde sus orígenes hasta el siglo XVIII)
correcciones y aportaciones nuevas.