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Patrimonio

PARAJE RECREATIVO DE HONTANARES

El paraje de Hontanares se encuentra situado a 4,5 kilómetros de Riaza siguiendo la carretera que va hasta Santibáñez de Ayllón (SG-V-1111) tomando el desvío que queda a la derecha a poco más de 2 kilómetros de la Villa.

 Se encuentra a 1.400 metros de altitud, en Mata Serrana. Posee un magnífico bosque de robles melojos y un pinar de repoblación (pinus silvestris).

Y precisamente en este paraje se levanta la ermita actual de la virgen de Hontanares, cuya construcción data del año 1606 (antaño, en el mismo lugar, se levantaba la iglesia de la aldea de Hontanares, hasta que dicho lugar quedó despoblado y gran parte de su término fue adquirido por el Concejo de Riaza a comienzos del siglo XV).

El coste de este templo fue sufragado gracias a los fondos procedentes de las limosnas de los feligreses. La ermita tiene adosada en su cara norte una hospedería que necesita ser restaurada.

En el interior del templo cabe destacar el retablo mayor, muy sencillo, con tres lienzos: el de la parte de arriba de la calle central representa La Asunción de la Virgen María a los Cielos, el de la derecha representa a la Anunciación y el de la izquierda el Nacimiento de la Virgen. Está presidido por la imagen de Nuestra Señora de Hontanares, una imagen de ricos ropajes bajo la que se esconde una bellísima talla románica.

Muchas leyendas hay en torno a la virgen de Hontanares. Una de ellas nos dice que esa imagen fue protegida de la invasión islámica depositándola en una cueva, alejándola así de los iconoclastas musulmanes. Al cabo del tiempo, y ya tras la Reconquista, un pastor acudió a la cueva en busca de refugio ante la adversa climatología, hallando la talla al lado de una fuente de la que, a intervalos, manaban gotas de aceite, que mantenían encendida la luz de una lámpara. Creyendo que el líquido que brotaba poseía algún tipo de propiedad, empezó a usarlo. El aceite entonces se convirtió en agua. Esta venerada fuente es conocida como de las Tres Gotas. En las inmediaciones del lugar se colocó, en los años 40 del siglo pasado, una cruz de madera cubierta de espejos, que se ve desde la distancia cuando, en los días claros, el sol la hace relucir. La cruz actual sustituyó a la anterior en los años 90 del mismo siglo.

Otra curiosa leyenda nos habla de tres hermanas, la Virgen de Hornuez (Moral de Hornuez), la del Henar (Cuéllar) y la de Hontanares, a las que su padre, en su lecho de muerte, y debido a lo mal que se llevaban entre ellas, decidió colocar en lugares muy alejados entre sí, desde los que se pudieran ver pero no hablar, evitando así las discusiones que continuamente protagonizaban.

En el retablo también podemos contemplar dos pequeñas tallas que representan a Santa Lucía y San Blas.