Muebles, lámparas, grabados, todo tipo de objetos de decoración, tanto antiguos, de hace tres siglos, como 'vintage', de menos de cincuenta años y de lo más variopintos se expusieron ayer en el municipio segoviano de Riaza. El mercadillo de antigüedades organizado en el parque El Rasero, contó con una gran afluencia de visitantes. Hacia las 13:00 horas del medio día y con un sol de justicia se podían contabilizar más de cincuenta personas ojeando los diversos objetos entre los expositores. «A pesar de ser el primer año que se hace, parece que ha tenido mucha aceptación», afirmaba una de las transeúntes, María Jesús Laorden.

«El poder de convocatoria ha sido sorprendente, porque teniendo lugar a mitad de las vacaciones, que se supone que la gente esta en otros menesteres y haciendo además este tiempo tan bueno, ha habido desde antes de abrir muchísimo publico y ha funcionado fenomenal», declaraba una de las partícipes en este mercadillo, Teresa Francés.

Se trata de un proyecto que se llevaba gestando desde hace tiempo y que este año, gracias a la colaboración de diversas personas vinculadas al negocio de las antigüedades y por supuesto de Fernando Tapia, experto decorador y amante de las antigüedades, se ha conseguido poner en marcha. Tapia, decidido en su idea de instalar mercadillos de este tipo en esta zona, se lo propuso al alcalde, «al cual le pareció una idea estupenda», apunta. Así, una vez aprobado se procedió a contactar con profesionales y particulares del sector, que eran los que estaban exponiendo sus artículos.

Fueron 25 los expositores que compusieron el mercadillo. No sólo eran de Riaza o de la zona, sino que también procedían de Madrid, Pamplona y Zaragoza. «Lo bueno del mercadillo es que haya muchos estilos para mucha gente distinta, unos buscan cosas mas modernas otros cosas más antiguas, por ello tenemos desde cosas del siglo XVIII hasta cosas de hace menos de cincuenta años, denominadas 'vintage'», explicó Fernando Tapia.

Beneficios económicos

Beneficios como organización no existen. Se ha cobrado una pequeña cuota a los expositores para recuperar los gastos de publicidad pero, luego lo que venda cada expositor se queda en su bolsillo. «Todos tendrán beneficios porque la cuota es muy pequeña y a nada que vendan dos cosas, por ejemplo, tendrán beneficios», afirmó Fernando Tapia. Pero el fin es no tanto económico como «mover un poquito la idea y que así se instalen mas mercadillos de este tipo por estas zonas», subrayó.

Muchos compraban y otros tan sólo ojeaban. Pero «se ha vendido bastante», aseguró Tapia. «Sobre todo se vende lo barato porque se adquiere más rapido y fácil, aunque también hay clientes para los objetos caros», declaró.

Fuente de la Noticia: El Norte de Castilla

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