Elemento

Patrimonio

ERMITA DE SAN ROQUE

La ermita de San Roque, levantada en la porción más grande del parque municipal de El Rasero, fue construida tras la epidemia de peste que asoló el país en el año 1599 como cumplimiento de un voto. En su exterior un escudo de la Villa  recuerda la importante aportación económica concedida por el Ayuntamiento de la localidad para su construcción.
Es de planta rectangular, de una sola nave. El acceso al interior se hace a través de una puerta (a la que se le añadió un porche sujeto por columnas de piedra en la última restauración que data de los años 80 del siglo XX) situada en la parte sur. Esta ermita, a diferencia de la de San Juan Bautista, carece de coro a los pies, pero mantiene la planta cuadrangular del ábside que figura en la cabecera, en la parte este de la nave. El altar mayor está presidido, esta vez, por un magnífico pero sencillo retablo barroco con profusa decoración vegetal en capiteles y columnas, todo ello en tonos rojos, verdes y dorados (en su banco reza que se hizo en el año 1722 y se doró en el año 1723). Su banco, o parte baja, consta de tres calles. La hornacina central se reserva a San Roque, que siempre está en las andas con las que se le saca en procesión. a cuyos lados se sitúan San Cosme y San Damián. En la parte alta del retablo, de una única calle central, figura San Antonio Abad o San Antón.

Pero hay más tallas en esta pequeña ermita: San Cristóbal, un (de mayores dimensiones que el de la ermita de San Juan Bautista) y San Isidro Labrador.